4 de mayo de 2011

EL VALOR DE UNA VIDA

Cuando se levantó el lunes, lo primero que supo del mundo es que se había eliminado al enemigo público número uno. La noticia en sí no le causó ninguna sensación. No sintió alegría, ni pena: nada. Y siguió con el día como si tal cosa. Por la tarde, de vuelta de unos días de descanso, siguió oyendo en la radio comentarios, declaraciones, informaciones inciertas sobre el asunto. Y aunque seguía sin sentir nada, acabó hilvanando dos reflexiones. La primera, que ningún hijo de las arenas del desierto elegiría el fondo del mar como sepultura. La otra, menos banal, que quienes afirman que con la muerte de Bin Laden se ha hecho justicia a los miles de muertos causados por sus delirios terroristas, están diciéndole al mundo que la vida de este ser miserable valía tanto como la vida de miles de personas inocentes.

6 comentarios:

  1. La vida de esta persona, puede que no valga tanto como la de los miles de vidas que se perdieron como consecuencia de sus actos, pero lo que no entiendo es que, sabiendo las posibles consecuencia de su muerte, decidieran acabar con él sin miramiento alguno.
    Algo debería diferenciar la actuación de un estado, llamado de derecho, y los terroristas a quien dice perseguir.

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  2. No caigamos, Aliana, en considerar que la cuestión son las consecuencias que puede acarrear este asesinato. Ya ves que yo no tengo duda de que eso es. Y lo que más pena me da es ver a tantos y tantos adalides de los derechos humanos y el respeto a la vida de la vieja Europa aplaudiendo al Big Brother americano.

    Esta era la solución más fácil, que nadie lo dude. Y además, creo en mi estupidez, que coherente con la negativa de los EE.UU. a someter sus actos a cualquier tribunal internacional.

    Y mirando este país nuestro, ¡qué vergüenza ver que muchos de quienes condenan los GAL, aplauden esta ejecución con entusiasmo!

    Y un apunte: sólo después de ser abatido, se comprobó con una foto y ADN la identidad del ejecutado. Todo tan estudiado.

    Besos.

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  3. ¿Te crees que está muerto?
    ¿Crees que está en el mar?
    A ese si lo cogen o se suicida o lo muelen a palos.
    Ha costado millones de dolares localizarlo...
    El fanatismo aunque sea de personas disciplinadas militarmente es tan tremendo, que no creo que se han repartido ese botín unos pocos.
    Besos
    Keli

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  4. No acabo de entender del todo lo que quieres decir, Keli.

    Pero respecto a lo que me preguntas, sí y sí.

    Sobre qué pasa si lo cogen, no hay que elucubrar, ya lo sabemos: se le ejecutó, aunque nos quieran convencer de otra cosa.

    Y sobre el reparto del botín, no sé cuál es ese botín; sé lo que he oído hoy en un informativo, lo que cobran los Navy Seals: unos 3000 euros al mes (sin contar suplementos).

    Y sobre el fanatismo disciplinar, ya lo decía aquella serie española: "Nasío pa matá"

    Besos.

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  5. Vamos a ver Nolaaxe.
    Llevan 9 años buscando y gastado dinero para encontrar a una persona educada por la CIA. Si se atrapa a alguien tildado del enemigo nº1, no se ejecuta y en paz.
    Se los hace sufrir de formas inimaginables. Así pues, si alguien se encuentra en dicho estado, es mejor que se suicide, monte cualquier historia para que lo maten pero ten claro que
    ni tú, ni yo sabermos si lo han linchado, si lo han hecho salchichas, si está vivo recibiendo palizas, si lo están arrastrando por un campo de hortigas...
    Nos han dado una noticia desde los EEUU, precisamente su lider, ese que acepta que sea Wall Street el que maneje los hilos económicos de todo para que se enriquezcan los bancos, empresas calificadoras llena de embusteros y que consiente el empobrecimiento del resto que estamos pagando sus historias.
    Yo de semejantes personas no acepto lo que cuentan sin antes cuestionarlos.
    Este es de esos asuntos que como no hemos visto solo podemos hablar sobre lo que nos han contado pero la verdad no se sabrá en mucho tiempo.
    Ni Kenedi, ni Perl Harbord, ni...
    Un beso Keli

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  6. Bueno, Keli, creo que ahora ya te has explicado sin dejar lugar a la duda.

    Yo es que no soy conspiranoico, y si me cuesta más imaginar una explicación que creerla, pues vago que es uno, me la creo, aunque esté abierto a escuchar cualquier teoría.

    No sé si esto será como lo del gato de Schrödinger -los físicos saben bien de él-, que está vivo y muerto al mismo tiempo.

    Un beso.

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