25 de junio de 2012

GALOP


¡Galopad! ¡Galopad, hijos del viento
negros corceles de suave algodón!
Que no es fuego el sol que a lo lejos arde
ni flechas los rayos que heriros quieren.

¡Galopad! ¡Galopad, hijos del viento,
negros corceles de suave algodón!
Que retumbe pavorosa la tierra
bajo el martillo de vuestras pezuñas,
que lloren inconsolables los cielos
bajo el estruendo de vuestros relinchos,
que no hay mortal que cuerdo os grite ¡so!
ni dios que vuestros bocados embride.

¡Galopad! ¡Galopad, hijos del viento,
negros corceles de suave algodón!
Mas huid del pintor que mira el lienzo,
del poeta que tienta las palabras.

4 comentarios:

  1. Hoy estaba algo triste porque van a cerrar mis blog ya no podré releer en las horas tristes tus comentarios ni los de otros y me sentí como cuando alguien extraño y al que no conoces te quema las cartas de tu infancia atesoradas en una vieja caja que se perdó.
    He venido a visitarte, hacía siglos que no lo hacia y he encontrado esta hermosa poesía.
    y galopando hacia el horizonte he recuperado mi Libertad.
    Un besito
    Calle59

    ResponderEliminar
  2. Qué triste noticia, Calle59, y qué cobarde felonía esa que contra ti -y quienes te arropamos con nuestras palabras- pretenden perpetrar esos a los que no pienso mentar aquí.

    Muchas gracias por tus palabras hacia este poema.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. ¿Dónde estás querido escritor? es mucho tiempo el que hace que no escribes
    Un fuerte abrazo amigo mío

    ResponderEliminar
  4. ¡Qué sorpresa, Keli! Pues sí, hace mucho tiempo, pero nunca he impuesto a mis palabras salir del silencio contra su voluntad. Pero... no pierdo la esperanza de que algún día, quién sabe cómo ni por qué, vuelvan a escribirse nuevas historias mínimas.

    Un fuerte abrazo, querida lectora.

    ResponderEliminar