Se acaba el tiempo, y el ladrido del perro, aunque lejano, no tranquiliza a Eva B. No importa cuántas veces ella y su novia imaginaron aquella situación, ni que entonces su reacción fuera siempre perfecta. Sabe que no puede ser descubierta o el esfuerzo y el riesgo no habrán servido para nada, como no sirvieron con tantos compañeros que fracasaron antes que ella. Pero es demasiado tarde para reaccionar.
-Señorita, ¿qué es ese papel en el dobladillo de su falda?
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