20 de septiembre de 2011

LOS ENEMIGOS DE LAS LENGUAS



Llamadle tiquismiquis, si queréis, pero hay cosas que antes de oírlas o leerlas ya le han puesto de los nervios. Y cuánto más nervioso le ponen después  de oídas o leídas. Y en esas, van los políticos, y a veces también la gente de la calle, y se meten, sin encomendarse a nadie ni a nada, en el mundo de la lingüística. Y claro, sea por su formación académica o sea por vaya usted a saber qué, por ahí sí que no pasa: pasa que alguien sepa cómo acabar con el déficit; pasa que el mismo alguien u otro sepa cómo crear millones de empleos con sólo ganar unas elecciones; pasa, en fin, que pasen muchas cosas. Pero nunca pasará la ignorancia malintencionada, ni que le quieran complicar las cosas sencillas de las lenguas, que las hay. Esta vez ha sido Rajoy y su afirmación de que "los enemigos de las lenguas son los que las imponen y las prohíben". Acabáramos. O no, no tan a prisa, que si hablamos del catalán -y sin duda de él se hablaba-, empezamos a complicar las cosas que están claras. Y otra no habrá, pero que el catalán no es la lengua impuesta en Cataluña, este Nolaaxe no deja que se lo discuta nadie. Y claro, quienes prohíben las lenguas seguramente serán enemigos de las mismas, pero seguro que no de todas por igual.

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