26 de enero de 2014

EVOCACIÓN (LEÓN)


En cada paso, con cada mirada,
mis ojos van llenándose de cantos,
abiertos al pasar pesado y quedo
de viejas cercas y robustos muros,
murallas que altos cubos arremansan
aquí y allá, ajenos al bullicio
de la ciudad, quizás también a mí:
después de todo, ¿no soy yo el que pasa,
dejándome arrastrar por la corriente;
yo el que vuelve a la orilla cotidiana
de un tiempo que hoy mi corazón no añora?
 


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