25 de febrero de 2012

OTRA VEZ, ALGUIEN

Entra en el café y, como siempre, se acerca al cajetín de la prensa y toma un periódico. Después mira y camina hacia una mesa. Antes de llegar a ella, una señora mayor le ofrece otro periódico, que él devuelve al cajetín junto a la entrada. De vuelta hacia su mesa, dudando si había entendido mal, pregunta a la señora si era eso lo que quería o si era cambiarle el periódico. Pero no, estaba todo bien. Sin embargo, de repente aquella señora, a quien no conoce, le dice: "Usted es abogado, ¿verdad?" Y ya van... No, él no es abogado, pero cada vez se convence más de que un abogado de aquella ciudad, si no es él, se le debe parecer mucho.



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