Sombra en la noche es su mano sobre la piel blanca del teclado. Sombra en la noche, las palabras en la piel blanca de la pantalla. Y la noche tiene el alma griega, bizantina; y el cuerpo etéreo de las almas amadas. Hace muchos años que aquella música moduló en su corazón la belleza de lo evocador, el camino invisible que le lleva más allá de la tierra, al oriente, donde las columnas de colores se yerguen pálidas de tiempo. Y siempre en lo más hondo de él, esa melancolía que se cuela entre las cuerdas rasgadas, esa añoranza que tira de la inmensidad de una memoria que nunca vivió.
Muy buena entrada y me encanto el enlace!
ResponderEliminarCarpe diem(aprovecha el dia)
Precioso.
ResponderEliminarBeso
Muchas gracias por tus palabras y bienvenida a este blog, Estefanía.
ResponderEliminarEsta mañana, siguiendo mi curiosidad disfrazada de cortesía, me adentré en tu blog... y la poesía me invadió.
Un saludo, con Horacio en el recuerdo.
Dos palabras... y lo has dicho todo, Aliana. Fiel al lema de este blog: gracias.
ResponderEliminarUn beso.