21 de mayo de 2011

EXTRAVAGANCIA Y EVOCACIÓN


Apenas unos metros más allá del instituto, había una vieja casa -y allí seguía esta tarde-, que él siempre tuvo, sin duda ninguna, por la de más extravantes volúmenes y evocadora soledad de toda la ciudad. Nada le cuesta imaginar que al otro lado de su puerta habite la Familia Munster; o que a la sombra de un árbol, tumbas florezcan, adornando la hierba que crece con alma de jardín abandonado; o que al mirar alguna de aquellas ventanas de cortinas blancas, mientras se balancea en su silla al ritmo de las horas, le devuelva la mirada la Señora Bates. Tampoco esta tarde la puerta herrumbrosa de la cerca estaba abierta, sin que pueda recordar si alguna vez lo estuvo; pero le bastan su sola visión y la acción imaginaria de su apertura para oir el profundo chirrido lastimero del hierro retorciéndose en los goznes.

7 comentarios:

  1. Me encantan estas casas y siempre que he podido colarme en alguna, de visita, lo he hecho.
    Si impresionante es el exterior, el interior suele despertar mucho más la imaginación.
    Espera...un día de estos, te acompaño y vamos a la búsqueda de fantasmas.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Vivieron en apogeo familiar y hasta histórico en esos palacios, hoy dashabitados con la desgracia del abandono.

    ResponderEliminar
  3. Nuevo intento de dejarte un comentario.
    La descripción es tal cual la hiciste, genial.
    La verdad es que me encantaría poder pasar una época en una chocita así. Es preciosa aún evocando todo lo que dices.
    Besos

    ResponderEliminar
  4. Yupiiiiiiiiiiiii
    Lo he conseguidooo, jejeje.
    Increible, no veas lo terca que soy para algunas cuestiones y llevo algunos ratitos intentando comentar tus publicaciones pero nada.
    Otro beso

    ResponderEliminar
  5. ¡Jajaja! ¿Fantasmas, Aliana? ¿Pero por qué quieres asustarlos?

    Sí, la verdad es que si ya el exterior parece misterioso -y lo estamos viendo- el interior quizás tenga aún más misterio.

    Un beso. Y si vienes por aquí, pues te llevo a verla y miramos, si quieres, cómo están las posibilidades inmobiliarias.

    ResponderEliminar
  6. Goriot, sí, da pena ver el abandono de algunos edificios, sobre todo de aquellos que, más allá de su antigüedad, nos atrapan por su arquitectura.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. ¡Keli! Me alegro mucho de que seas tan terca que, al final, sea blogger quien se rinde y no tú.

    Gracias por ver en mí una cierta genialidad. En cuanto a pasar una temporadita, pues sólo es cuestión de enterarse de con quién habría que hablar para ello. ¿Quizás con Norman? Jejeje.

    Dos besos, uno por cada comentario.

    ResponderEliminar