15 de marzo de 2011

V LA BREVEDAD DE LA MIRADA

    
     ALAMEDA

Ya las marchitas hojas
Tus ramas desnudas abandonaron.
En la hora silenciosa,
En tus pétreos bancos,
Sólo sombras o luces que pasaron.
    
     9:30 AM

Fugaces sombras cruzan
Ante la ventana.
Dentro las palabras
Son sordos murmullos,
Continuo susurro
Que hiere mis oídos
Y muda todo sonido
En doloroso ruido.
    
     NOCTURNO

La luna se esconde entre nubes de seda.
bajo antiguos y negros puentes
Encienden fogatas y tienden sus trapos
En tus orillas errabundas gentes.
     
     EL PUNTAL

Lluvia monótona
Mojando la arena bajo un sol frío
En una paleta blanca y gris.
La playa... Ondas nómadas de estío.

Blancas gaviotas
Se abandonaron al viento en la tarde
Que las lleve a la orilla del mar,
reflejo de una llama que ya no arde.
    
     OLVIDADO OLIMPO

Mirad en vuestros parques
los bancos solitarios y perdidos.
Miradlos y buscad en du silencio
de dioses decaídos,
desnudos y helados en la noche,
las sombras olvidadas del Olimpo.
    
     BAJAMAR

La bajamar dibuja
surcos en la arena,
poemas de agua y viento y sal,
eco y voz o sueño sólo
de cuando niño en la tarde
era un juego ser poeta
y escribir la mar.
    
     TINTINEO

Los días de la infancia...
Y el agua desteñida de los sueños.
Las hojas en la lluvia
perdieron el secreto susurrar
del viento en el cristal.
Y no oigo ya tu voz
o el llanto de la noche:
tan sólo ell roto tintineo
de algunos barcos en la mar.
    
     VALLADOLID

Camino al otro lado-
Y el agua golpe a golpe oniriza
los rostros del pasado:
quizás en la caliza
herida, en la memoria huidiza.

Después vendrá el sueño
y el tiempo nuevamente invocará
las voces del recuerdo.
    
     CIUDADES EN LA NIEBLA

Las ciudades
en la niebla tienen
otro tiempo,
otro espacio.
Quizás en las sombras,
en el mármol,
fingiendo recuerdo,
eco sólo,
deseo y sueño.
    
     LA BREVEDAD DE LA MIRADA

La mirada breve- Y al otro lado
Sólo brumas, nieves o sombras blancas,
Avecillas débiles arrugadas
          Por la edad.

No haya olvidado quizá el espacio...
Las montañas para ahogar el miedo,
Para abrazar el recuerdo vago
          De la niñez.

No haya olvidado quizá los sueños...
El mar para reencontrar secretos,
Para repetirme en su silencio
          Que el mar soy yo.

Pero he olvidado el tiempo extraño,
Cuando sensaciones ahora ciegas
Descubrían mágicos mundos, rostros
          En el cristal.

Y ahora no más la mirada breve-
Sólo brumas o sombras blancas,
Avecillas débiles arrugadas
          Como el papel.

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