6 de junio de 2011

SIN QUE ELLO FUERA UN SECRETO

Alguna vez, algún familiar, tíos o primos, se lo habían preguntado, no sin cierto asombro. Pero durante muchos años, sin que ello fuera un secreto, no fue una cuestión que se tratara. Y así fue hasta que una tarde, hablando con ella de matrimonio, él le dijo que no había hecho la primera comunión. "Pero estás bautizado, ¿no?". Y sí, bautizado sí está. Y de nuevo el tema volvió al silencio, hasta que otra tarde, en la sacristía de una iglesia, donde había ido a petición de ella, el sacerdote que le atendió no pudo evitar mostrar la extrañeza que le provocaba el hecho de que quien le consultaba sobre los requisitos para casarse no hubiera hecho la primera comunión. Sí, no hizo la primera comunión. Y no es un recuerdo que añore, ni que eche en falta; ni siquiera los regalos: después de todo, quizás Dios nunca le llamó por el camino de la fe.

2 comentarios:

  1. El noventa por ciento de los que hicieron la Comunión no pisan una Iglesia casi desde el mismo año, muchos se casan por la Iglesia por cuestiones sociales y de buena imagen. Era obligatorio en otras épocas.

    La fe es otra cosa.

    ResponderEliminar
  2. Quizás tengas razón respecto a que la fe es otra cosa. En mi caso no hubo ningún tipo de presión, hablo de pricipios de los ochenta, para hacerla: ni familiar, ni social, ni religiosa (aunque supongo, no lo recuerdo, que el cura de la parroquia algo diría).

    Saludos.

    ResponderEliminar