En lo oscuro de cajones,
sólo a veces olvidados,
sombras entre sombras, duermen
viejas cartas, sobres blancos,
que el silencio amarilló.
Y en la noche, frío tacto
que se llena de ternura,
dedos leen el pasado,
redescubren el sendero
tanto tiempo abandonado.
Pero nada siente ya,
corazón desangelado,
mientras lee las palabras
que un amor enamorado
convirtió en papel, olvido
en las sombras condenado
a vagar, vacía el alma,
en el infinito espacio
donde habita lo que fue.
Y... en el oscuro cajón de la memoria, a veces, sin buscarlos aparecen esos sobres olvidados. Unos abiertos y otros cerrados. Conteniendo palabras conocidas o intuidas...
ResponderEliminarSombras, del pasado, solo sombras.
Besos
Bonita prosa la que dedicas a mis versos, Aliana.
ResponderEliminarUn beso.