¿Cuántas palabras bastan para escribir una historia? ¿Una? ¿Un millón? A veces sólo las necesarias.
7 de mayo de 2011
PENSAMIENTOS EXTRAÑOS
¿Qué cabe esperar ya, cuando uno lee y oye, ante una sentencia de la más alta instancia judicial de un país -este nuestro, en concreto, España, sí- cosas como "El constitucional (sic) hoy ha traicionado a la democracia"? Quizás nada, quizás no quepa esperar nada, salvo que quienes así hablan vean que gobiernan los suyos y que las sentencias se ajustan al guante de sus deseos. Cada vez soporta menos esas tertulias obscenas -¡maldito zapping que le hace pasar por ellas!-, porque le hacen tener pensamientos extraños y asociar ideas que normalmente nunca creería posible aunar en un mismo pensamiento; por ejemplo esa frase que leyó en un mensaje de texto al pie de la patalla y la escena final del clásico de la Universal, Frankenstein, de 1931.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario